Ernesto McCausland Sojo “Un Bacán”
Nacido el 4 de enero de 1961, hijo de Ernesto McCausland el exalcalde y de Nancy Sojo casado con Ana Milena y padre de dos hijas, este talentoso barranquillero se destacó como periodista, escritor, presentador y cineasta. Ganador de dieciséis premios de periodismo fueron sus valores personales, su honestidad, transparencia, bondad y ternura los que le acompañaron hasta el final en una dura batalla contra la enfermedad que perdió en la madrugada del 21 de Noviembre de 2012. Inicia su carrera como reportero de noticias judiciales en el periódico El Heraldo, discípulo de su adorada Olga Emiliani, periodista destacada de ese diario. Ávido de información y siempre en constante búsqueda de la verdad se dedica a la crónica donde se destaca en todos los medios informativos. Su participación en radio (Crónicas de la Calle, 6AM de Caracol), televisión (Mundo Costeño, El Radar, noticiero QAP, Caracol, RCN, Univisión, A las 11), Prensa (El Heraldo, El Tiempo, Cromos, Cambio, Soho, Interviú) y como cineasta le merecen múltiples premios y reconocimientos como lo son cinco premios de periodismo Simón Bolívar, dos India Catalina, uno del CPB, Gama, Postobón, Semana'Petrobras y el premio a su película “Siniestro” por el ministerio de Cultura a la mejor película colombiana en el año 2000.
Publicó dos novelas: “Febrero Escarlata” en el 2004 y “El Alma del Acordeón” en 2006. Sus trabajos periodísticos fueron publicados en: “Las Crónicas de McCausland” en 1996 y en “Antología de grandes reportajes colombianos” y “Antología de grandes crónicas colombianas” . "Victorias de la paz" y "Mensajes desde el azúl"
Desde 1998 creó su propia productora La Esquina del cine, realizó tres largometrajes “El último carnaval” en 1998, “Siniestro” en el año 2000 y “Champeta Paradise” en el 2003, catorce cortometrajes como"El pargo rojo" de 2007, "Luz de enero" de 2.009 y muchos documentales como "Eterno nómada" en 2012. Se desempeñó además como docente en las Universidades del Norte y de los Andes y fue editor del periódico El Heraldo.
Fueron sus logros su fantástico desempeño como cronista por recoger como Estercita Forero aspectos simples del vivir costeño y convertirlos en diamantes que generaban confianza y credibilidad por ser relatos verídicos, muy bien detallados, bien escritos o bien presentados. Con su nobleza y el respeto por el entrevistado ganaba toda su confianza logrando verdaderas catarsis, obteniendo la información que buscaba transmitir a su público.Los reconocimientos en vida por sus amigos, colegas, compañeros de trabajo y familiares coinciden, Ernesto era un bacán, ese término currambero con el que identificamos al amigo del alma, al tío consentidor, al papá buena onda, al sobrino con el que siempre se cuenta sin llamarlo. Su bondad y colaboración permanente su preocupación por los menos favorecidos lo acompañó siempre lo mismo que su amable sonrisa y su ternura. Ernesto era un bacán, un buena gente, un siempre enamorado de su tierra, hincha de su Junior del alma, un exitoso profesional pero más que todo un humilde, sencillo y muy valioso ser humano de esos que todos los días damos gracias al dueño de la vida por la bendición de su presencia. Aunque siempre vamos a sentir que su partida fue demasiado pronta nos consuela saberlo en paz ya que una persona como el no merecía ni el más mínimo ápice de sufrimiento.
Referencias
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